Con una frialdad criminal calculaban, como si nada, la suma de 25,000 muertos para que interviniera la comunidad internacional
“Con 25.000 muertos, decían, intervendrán las organizaciones internacionales y las potencias del mundo y entonces, obligadamente, se tendrá que negociar una paz que deberá contemplar, también obligadamente, la constitución de otro Estado, en este caso, del Estado independiente de Santa Cruz”.
Ese era el plan y de eso, por lo menos momentáneamente, se salvó Bolivia, con la desarticulación del grupo mercenario de Eduardo Rozsa Flores.
Los alcances de la conspiración y los antecedentes del indicado terrorista, se han ido conociendo cada vez más ampliamente, y ahora lo que queda es que la sociedad boliviana, a traves de sus instituciones, actúe en forma rápida y enérgica, para sancionar a todos quienes han estado apoyando esa criminal aventura.
Porque en este caso se trata de ir absolutamente al fondo, y de no dejar ningún hilo pendiente para castigar a los culpables.
Porque dejar ese hilo, o unos cuantos hilos sueltos, sin conocerse ni resolverse, significaría simplemente posponer, y no aplastar la conspiración, como lo pide el pueblo.
De acuerdo al relato que ha ido haciendo conocer el periodistas español Julio César Alonso, Rozsa Flores quería repetir en Bolivia, lo que hizo en Bosnia y Croacia.
Allí, relata Alonso, cientos de ciudadanos bosnios vieron cómo Rozsa y su gente, asesinaban, violaban y quemaban casas en los barrios musulmanes.
Actuaban sin piedad, cumpliendo a cabalidad su plan que era sembrar el terror y el caos, de modo que una posibilidad de paz sólo pudiera darse con la división de esa región, separando definitivamente a los rivales, como efectivamente ocurrió.
En Santa Cruz iban a atacar a la gente del Plan 3000, por ejemplo, quemando escuelas y hospitales y asesinando personas, para someter el espíritu de esos pobladores, que no comparten la idea de autonomía que manejan los grupos dominantes del departamento.
Y lo mismo iba a suceder en comunidades rurales como Yapacaní, o poblaciones del Chaco favorables al actual gobierno.
Alrededor de Santa Cruz se iba a constituir un cordón para defender el departamento de un avance de las fuerzas del gobierno las que, supuestamente, iban a intentar recuperar la región.
Ese cordón de defensa debía contar con la participación de gente de la Unión Juvenil Cruceñista y de otras agrupaciones juveniles que en su momento se reclutarían, y que acudirían en grandes cantidades pata apoyar la independencia.
También se movilizarían grupos del comité cívico y de la prefectura del departamento, los cuales aportarían con los recursos necesarios para coadyuvar en las tareas.
Y, como núcleo central de esas acciones, se iba a contar con la presencia, primero de unos cien mercenarios avezados, con experiencia y entrenamiento internacional, para disuadir a los componentes del ejército regular boliviano, conscriptos bisoños en el arte de la guerra.
Si era necesario, y según avanzara la guerra, porque lo que se buscaba era justamente una guerra civil, a Bolivia podrían llegar mas contingentes de mercenarios y paramilitares.
Grandes movilizaciones de ciudadanos, impulsados por los grupos de poder económico cruceño, apoyarían la aventura.
Eso era lo que planeaba Rozsa Flores, y es sobre todo ello que el pueblo boliviano debe meditar.
Porque no se trata de mirar de lejos, sin mucho interés, las revelaciones que han ido saliendo a luz.
No se trata de mantener una actitud indiferente, como si nada hubiera estado por ocurrir o, peor, como si nada estuviera ocurriendo ahora, porque indudablemente el peligro no ha pasado.
Una vez que ser tiene una investigación bastante avanzada y que, en poco tiempo, seguramente se ha de conocer el plan completo, con la identificación de sus principales autores, lo que se puede esperar es que estos actúen.
Que se movilicen de varias maneras para rechazar los informes, para eludir a la justicia y para acelerar nuevamente los planes separatistas.
No es posible pensar en que, los que están más comprometidos, acepten tranquilamente que la justicia les caiga encima.
Volverán a articular su conspiración, usando probablemente otros pretextos como el de las elecciones, o el registro biométrico o lo que sea, para llevar al país al caos que les interesa con el apoyo, indudablemente, de la prensa derechista del país..
Esa, pues, es la situación que está viviendo nuestra Patria, y es sobre ella todos deben estar advertidos para, en su momento salir en defensa de la unidad nacional
viernes, 24 de julio de 2009
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