martes, 19 de mayo de 2009

Y ahora, ¿qué dirán los que afirmaban que no hubo ningún plan terrorista?

Pasan los días y las informaciones se van ampliando y los datos se van amontonando sobre la conspiración terrorista que amenazaba a nuestro país.

Todo se puede decir, entonces, en este momento, menos de que no hubo una conspiración, menos de que no se pretendía asesinar a las primeras autoridades de la nación y, además de ellas, a varios personajes del mundo político.

Pero, hasta hace poco, hasta hace muy poco, existía varias de esas personas que negaban que se estuviera montando un plan terrorista, y que hacían mofa de que a Bolivia hubiesen ingresado avezados expertos en el terrorismo internacional.

Uno de ellos fue, si bien recuerda la ciudadanía, Guillermo Fortún, jefe de Acción Democrática Nacionalista, de lo que queda de ella, agrupación del extinto general Hugo Bánzer Suárez.

Guillermo Fortún, en una entrevista con el periódico El Diario, afirmó que “el anuncio del desbaratamiento de un grupo terrorista y el hallazgo de armamento y explosivos en un stand del campo ferial de la ciudad de Santa Cruz, la madrugada del jueves 16 de abril pasado, es un montaje bastante grotesco y fuera de lugar”.

“Acotó, decía la nota del El Diario, que todo lo mostrado, las bolsas negras que contenían los cuerpos de los supuestos muertos en la refriega, además de la llegada de un grupo de fiscales que en menos de 24 horas desbarataron una banda, hacen ver que todo es una mentira y una falacia”.

“En su criterio, seguía diciendo la nota de El Diario, este hecho sólo sirvió para que el presidente Evo Morales se queje al mandatario venezolano Hugo Chávez de que pretenden victimarlo, por lo cual ironizó, ambos mandatarios acaban diciendo quién es el macaco mayor”

“En ese contexto instó al gobierno a no empañar la imagen de la policía nacional, porque sostiene que en la institución del orden existen excelentes grupos de acción inmediata y de respuesta rápida, por lo que insistió en que no se utilice ni desfigure la imagen de la policía que merece el respeto de todos los bolivianos”.

Todo eso y más dijo el adenista Guillermo Fortùn y el periódico El Diario le dio la más amplia cobertura.

Pero ahora, una vez que la investigación va confirmando la conspiración, ¿tendrá, ese político, el valor civil de reconocer que se equivocó absolutamente?

¿Y El Diario, lo buscará otra vez para que haga comentarios sobre su tremenda equivocación?

Seguramente que no, porque hacer esa rectificación significaría reconocer la veracidad de la versión del gobierno, y eso jamás hará la prensa derechista del país.

En esa misma línea, en un programa dialogado de Radio Fides, su director, el Padre Eduardo Pérez Iribarne, insistió varias veces en que en el operativo en el hotel Las Américas, no hubo ningún enfrentamiento.

Pero las investigaciones van señalando que los supuestos terroristas estaban armados y que resistieron su detención, lo cual no dejaba otro camino que el que tomó la policía para desbaratar al grupo.

¿Será capaz, ahora, el padre Pérez, de reconocer su error?

¿Podrá explicarle a la población por qué afirmó que no hubo resistencia, cuando todo indica que sí la hubo?

Ahora, aparte de lo anterior, hubo personas que, ya sin poder negar el plan terrorista, y no obstante su gravedad, trataron de restarle toda importancia.

En ese sentido, no hablaron del hecho, sino que se perdieron en nimiedades, en pequeños detalles, en temas que no venían a cuento.

Así, el abogado Edwin Rojas, presidente del colegio de abogados, se esmeró que decir que hubo muchas “irregularidades en el operativo anti terrorista”.

Que en el allanamiento no estuvo un representante del ministerio público, que los detenidos permanecieron incomunicados más de 24 horas, que en el operativo no participaron policías de Santa Cruz, que la ausencia de fiscales ocasionó que los cuerpos de los supuestos terroristas permanecieran en el lugar más de 14 horas, y cosas así.

Nunca, el señalado abogado, se refirió al gravísimo atentado que significaba, al plan terrorista, contra el orden constitucional del país.

Sólo se quedó en los procedimientos, olvidándose, a propósito, que las personas a las que iba a detener la policía, no eran simples delincuentes, sino avezados, y armados, terroristas internacionales, que planeaban generar en el país una guerra civil.

Por ese mismo camino anduvieron varios personajes de la oposición, que salieron a efectuar duros reclamos a favor de los detenidos, diciendo que no se les estaba respetando sus derechos fundamentales.

Inclusive el Cardenal Terrazas estuvo en esa línea, clamando que toda persona es sagrada ante Dios, aunque haya cometido los pecados más grandes.

Nos toca, dijo el Cardenal, hacer esa misericordia para que nadie sea abatido o eliminado sin ser juzgado adecuadamente.

Por último, siempre en la línea de restar gravedad a lo ocurrido, hubo políticos como Fernando Rodríguez y Roberto Yánez de la agrupación Podemos, que se acordaron de que alguna vez habían visto a los Ponchos Rojos y al dirigentes campesino Fidel Surco, portando armas en algunas concentraciones campesinas.

¿Por qué el gobierno no investiga a esas personas?, preguntaron los políticos, como si los Ponchos Rojos o Fidel Surco hubieran estado alguna vez en un plan conspirativo.

Todas esas personas, pues, ahora que se van conociendo los alcances de las acciones terroristas que se pretendía ejecutar, deberían ser interrogadas por la prensa, para ver si continúan en sus aseveraciones anteriores o si las rectifican.

Porque no se trata de decir cualquier cosa, sólo para contradecir al gobierno, sino de mostrar cierta ecuanimidad al momento de efectuar declaraciones, máxime si se trata de un asunto tan grave como el intento de asesinar a las actuales autoridades nacionales, de generar una guerra civil, y de desmembrar Bolivia.

No hay comentarios: