El proyecto de nueva Constitución Política del Estado, ¿encaminaría a Bolivia hacia una un modelo dictatorial?
Absoluta, definitiva y terminantemente, no.
Con la nueva Constitución no se dará paso a ningún modelo dictatorial y, por el contrario, se profundizarán notablemente la democracia y la participación ciudadana en los asuntos del país.
Y, sin embargo, los sectores de la oposición, de manera permanente, han ido molestando con esa afirmación.
De que Bolivia vive, actualmente, bajo un régimen dictatorial, de que en Bolivia se pisotean las libertades y de que en Bolivia no se reconocen los derechos y que, en el futuro, el asunto será peor .
Hasta hubo un malintencionado y despistado parlamentario, concretamente el diputado Luis Vásquez Villamor, quien comparó al gobierno actual con la dictadura de García Meza, y al actual ministro de Gobierno con el ministro del Interior de esa dictadura, vale decir, el coronel Luis Arce Gómez.
Arce Gómez, según recuerda la historia, amenazó a los bolivianos opositores a su régimen, diciendo que si no cambiaban de actitud, deberían andar con su testamento bajo el brazo.
Una amenaza que, efectivamente, se cumplió, con el asesinato de los dirigentes del MIR en la calle Harrington, de ese MIR honesto y revolucionario que luego se maleó y se alió con los dictadores, y además con los asesinatos de otros dirigentes sindicales y políticos del campo popular.
En aquella oportunidad, durante esa dictadura, lo que prevalecía y lo que se ejecutaba, eran las órdenes del dictador y las disposiciones del ministro del Interior, que a base de terror, persecución y detenciones ilegales, sometían al pueblo, acabando con todos sus derechos y libertades.
En el actual gobierno, como bien observa la ciudadanía, la gente puede expresarse como quiere, y en los espacios que quiere, sin que nadie sea por eso perseguido.
La prensa y los periodistas pueden, igualmente, informar como se les ocurre, aun cuando sea con mentiras, sin que nadie cierre sus periódicos o sus estaciones de televisión.
Jamás, en ningún momento de la historia, Bolivia vivió bajo un Estado de mayor libertad y respeto a los derechos humanos que el actual, aspecto que ha sido reconocido a nivel internacional, y que ha merecido el apoyo de todos los países de Sudamérica.
Resultó, pues, una estupidez, que el señalado parlamentario Luis Vásquez, comparara al actual gobierno con el de García Meza.
Pero los representantes del neoliberalismo, parlamentarios de Podemos, miembros de los comités cívicos del oriente, prefectos opositores, han ido insistiendo, a través de sus medios de comunicación, en que el actual gobierno es un gobierno autoritario y vertical y en que la nueva Constitución Política del Estado encamina al país hacia un Estado antidemocrático.
Sobre estas falaces afirmaciones, debe hacerse referencia al artículo 11, parágrafo I, de la nueva Carta Magna, que señala que “la República de Bolivia adopta para su gobierno la forma democrática participativa, representativa y comunitaria, con equivalencia de condiciones entre hombres y mujeres.
No puede, entonces, quedar nada más definitivamente aclarado.
Bolivia será, con la nueva Constitución, un país democrático, pero de una democracia que no será sólo representativa como la actual, sino también participativa.
Eso quiere decir que el pueblo no estará sólo representado por sus parlamentarios, para que ellos hagan lo que quieran con el país según el mandato de sus jefes políticos como ocurrió antes, sino que el pueblo podrá representarse a sí mismo y decidir por sí mismo, a través de diferentes mecanismos entre los cuales se halla el referendo que será constitucionalizado.
Del mismo modo, la nueva Constitución establece el control social, para que las autoridades, grandes y pequeñas, no hagan lo que quieran con su mandato sino que rindan cuentas al pueblo por su gestión y que, en su momento, si hacen las cosas mal. sean revocadas también por voto popular.
Como puede verse, no sólo que la democracia será mantenida, sino que será ampliada y profundizada, convirtiéndose la nueva Constitución, en un modelo hasta para las democracias europeas o de otras regiones del mundo.
Bolivia será completa y absolutamente democrática, con una ampliación muy grande de los derechos de todos, y habrá desterrado para siempre los modelos dictatoriales del pasado, o los gobiernos aparentemente democráticos, como los neoliberales, que concentraban el poder en pequeños grupos políticos o de poder económico.
Todas estos, como puede verse, son argumentos más que suficientes para que los ciudadanos honestos y patriotas, opten por el Sí en el referendo del 25 de enero.
Opten por el Sí, y no se dejen llevar por la sarta de falsedades que han hecho circular los neoliberales, utilizando hasta a Dios en sus maliciosos spots televisivos.
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