miércoles, 26 de noviembre de 2008

Los datos de la pobreza en Bolivia

De acuerdo a datos proporcionados por la Fundación Jubileo, seis millones de habitantes en Bolivia, son pobres.

Y de esos seis millones de pobres, tres millones 700 mil son extremadamente pobres.

Esto significa que dos terceras partes de la población boliviana vive en condiciones de pobreza y de mucha pobreza.

Dice la Fundación Jubileo que, entre los años 2001 y 2008, a ese porcentaje de pobreza se sumaron otras 300 mil personas, lo cual muestra la urgente necesidad de la adopción de políticas que apoyen al desarrollo de las personas y de las familias.

Ahora, ¿cuál es la raíz, la causa y el origen de estos niveles tan altos de pobreza y extrema pobreza en nuestro país y en otros de Latinoamérica.

Pues, simple y llanamente, la persistencia de una economía capitalista y neoliberal que, por naturaleza es injusta, y que se basa en la acumulación de la riqueza en pequeños grupos de poder.

Durante 20 años Bolivia estuvo sometida, lo mismo que otras naciones de la región, al modelo neoliberal, siguiendo estrictamente las indicaciones que provenían de los centros del capitalismo mundial.

Cumplió las recomendaciones, acogió las recetas, adoptó las medidas que se le sugirieron y lo que quedó como resultado de esa conducta fueron los datos que hoy señala la Fundación Jubileo: seis millones de personas en situación de pobreza y, de esos seis millones, tres millones 700 mil en condiciones de casi indigencia.

Bolivia, entonces, debería pasar una factura al Fondo Monetario Internacional, por las consecuencias desastrosas a que condujo su política de ajustes estructurales, de mercados libres, de privatización de las empresas del Estado.

Y otra factura más por la crisis financiera que ese sistema ha desatado en el planeta, y que afectará también, obviamente, a nuestro país.

Ahora, lo lamentable es que ha tenido que presentarse esta crisis de consecuencias universales, para que recién las naciones vayan cayendo en la cuenta de que el modelo de desarrollo neoliberal, lo único que desarrollaba era la desigualdad y la injusticia.

Hablando, justamente, sobre la iniquidad del modelo, Eduardo Galeano sostiene que “nunca ha sido menos democrática la economía mundial”.

“Nunca ha sido el mundo tan escandalosamente injusto”. .

“En 1960, el veinte por ciento de la humanidad, el más rico, tenía treinta veces más que el veinte por ciento más pobre”.

“En 1990 la diferencia era de sesenta veces”.

“Para el año 2000 la diferencia llegó fácilmente a noventa veces y hoy superó la centena.

Eso quiere decir, en otras palabras, que un rico, en varios de nuestros países incluyendo Bolivia, tiene ingresos cien veces superiores a los de un pobre

“En los extremos de los extremos, sigue diciendo Galeano, entre los ricos riquísimos que aparecen en las páginas de las revistas Forbes y Fortune, y los pobres pobrísimos que aparecen en las calles y en los campos, el abismo resulta mucho más hondo”.

“Una mujer embarazada corre cien veces más riesgo de muerte en África que en Europa”.

“El valor de los productos para mascotas perros, gatos, loros y otros que se venden cada año en los Estados Unidos, es cuatro veces mayor que toda la producción de Etiopía”.

“Las ventas de sólo dos gigantes corporaciones transnacionales, General Motors y Ford, superan largamente el valor de la producción de toda el África negra.

“Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, diez personas, los diez opulentos más opulentos del planeta, tienen una riqueza equivalente al valor de la producción total de cincuenta países”.

“Y 447 multimillonarios suman una fortuna mayor que el ingreso anual de la mitad de la humanidad”.

“Las Naciones Unidas declararon que en las últimas seis décadas, la cantidad de ricos se ha duplicado en el mundo pero la cantidad de pobres se ha triplicado, y mil 600 millones de personas están viviendo peor que hace 20 años”.

Son datos, pues, que ilustran la injusticia del sistema capitalista al que arrastraron a Bolivia, con la complicidad de políticos como los Sánchez de Lozada, o los Bánzer, o los “Tuto” Quiroga, o los Paz Zamora, o varios otros cientos que se enriquecieron del sistema, creando en el país el drama económico que hoy se debe superar.

Para enfrentar esta situación y reducir la pobreza, dice la Fundación Jubileo, el país requiere de una política de Estado que diversifique la producción, fomente el desarrollo rural y promueva la formación de capital humano, con particular atención en la educación primaria y secundaria.

También es necesario un nuevo sistema tributario donde los que más tienen contribuyan efectivamente al país.

Si ahora no se toman las previsiones, dice la Fundación, la situación se complicará ante la amenaza del alza de precios, particularmente de alimentos, lo cual pone en situación de desventaja a las familias más pobres, ya que en su estructura de gastos, el 50 % es destinado a la compra de alimentos.


Revertir la pobreza es, en consecuencia, la gran tarea que debe asumir Bolivia.

Pero esa tarea no se la podrá encarar ni con los viejos modelos, ni con los viejos políticos que todavía pugnan por seguir en vigencia.

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