“Por la dignidad humana, contra el racismo, la discriminación y la impunidad”, es el título de un pronunciamiento emitido por 21 instituciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos en Bolivia.
La declaración hace referencia a un informe emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos OEA, en el que ratifica las denuncias sobre situaciones de servidumbre y casi esclavitud que sufren indígenas guaraníes en la región del Chaco boliviano.
La declaración indicada señala lo siguiente.
Las organizaciones e instituciones abajo firmantes suscribimos plenamente el informe ofrecido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su visita a Bolivia, llevada a cabo del 9 al 13 de junio, en el que deplora la existencia de situaciones de servidumbre y trabajo forzoso en la región del Chaco boliviano, departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, práctica absolutamente prohibida por la Convención Americana sobre Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales de los cuales el país es parte.
La Comisión constató la existencia de un alto número de familias del pueblo indígena guaraní, conocidas como comunidades cautivas, que continúan padeciendo situaciones de servidumbre análoga a la esclavitud en la zona de Chaco boliviano, así como el agravamiento de esas condiciones en relación a la última visita del año 2006.
Respaldamos las conclusiones de la Comisión que evidencian que el Estado enfrenta obstáculos en la aplicación de leyes, por parte de diversos sectores políticos y económicos que se resisten a su implementación en la región afectada y condena las violaciones graves a los derechos humanos que se cometen contra el pueblo guaraní.
Frente a esta situación, las instituciones abajo firmantes declaramos que no podemos mantener silencio por más tiempo.
Ya son demasiados casos documentados de agresiones y ataques a sectores indígenas, populares y defensores de Derechos Humanos por parte de grupos de poder y élites regionales que amparan grupos de choque.
Está herida nuestra historia, está lastimada nuestra dignidad, y nos avergüenzan los hechos ocurridos en Sucre y Santa Cruz que humillaron a bolivianos y bolivianas por su condición y origen.
Se están multiplicando declaraciones y acciones racistas y discriminadoras, inaceptables desde cualquier punto de vista.
Se están reproduciendo los mensajes de algunos medios de información masiva en dirección de la xenofobia y la intolerancia transformando la violencia racial como hecho natural.
¿Es que hemos vuelto al régimen colonial?
El racismo está lejos de haberse acabado.
Peor aun, hemos vivido creyendo que el racismo es cosa del pasado, pero ahora despertamos sabiendo que subyace en el interior de las personas, que convivimos con él, que rige nuestras relaciones sociales.
No es casual que los discriminados, los vituperados y los excluidos sean siempre los pobres, los negros, los campesinos, los indígenas y los trabajadores que hacen posible que el país exista, porque son ellos y ellas quienes generan la riqueza nacional, mientras “otros”quieren apropiarse de ella a punta de violencia.
Paradoja de esta sociedad: los que más producen, los que traen los alimentos a nuestros hogares, ellos mismos, los que nos enorgullecen por su cultura milenaria y sólida, son los mismos que reciben el desprecio de ociosos que se enriquecieron robando al Estado y expropiando sus tierras.
¿Y dónde está la justicia?
¿Dónde están los administradores de justicia que deben investigar y sancionar esos hechos de violencia?
¿Por qué no cumplen el mandato que se les ha otorgado como servidores de la sociedad?
Nosotros, presentes, no lo podemos permitir.
Convocamos al país a expresar de las mil formas posibles nuestra condena a la discriminación y al racismo.
Eso señala la declaración, firmada por las siguientes instituciones: Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia, Amnistía Internacional Bolivia, Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional ASOFAN, Capítulo Boliviano de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, Comunidad de Derechos Humanos, Movimiento Franciscano Justicia y Paz, Coordinadora de Lucha contra la Impunidad, asambleas departamentales de los derechos humanos de La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Sucre, Beni, Confederación Nacional de Trabajadores de la Prensa de Bolivia, Plan Interinstitucional Transitorio de Apoyo al Pueblo Guaraní, Centro Afro-boliviano para el Desarrollo Integral y Comunitario, Movimiento Cultural Saya Afroboliviana, Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza, Fundación Solón, Indymedia La Paz, institución Tijarapa.
Al final la declaración hace una convocatoria a todos los bolivianos y bolivianas con sentido de Patria, diciendo: ¡Únete a la campaña nacional contra el racismo, la discriminación y la impunidad!
Como puede verse, desde el hondo crisol de la Patria se está levantando un clamor que condena el racismo, y una decisión de lucha para aplastar a los racistas: las logias, las oligarquías y las clases dominantes atrincheradas en los comités cívicos y en las prefecturas de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija y en la agrupación Podemos.
A todas ellas, que tratan de mantener los privilegios de los poderosos, es preciso derrotarlas si se desea que Bolivia avance hacia un Estado de dignidad y justicia.
El asunto es así, y no da lugar para más contemplaciones.
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