lunes, 16 de junio de 2008

Más sobre la manipulación de los medios privados de comunicación social


La cosa ocurre todos los días.

A veces de manera escandalosa y a veces con tintes más moderados o sutiles, pero siempre ocurre.

Una manipulación permanente de los medios de comunicación social privados, que no dicen las cosas como son en realidad, que muestran sólo partes de la verdad y a veces, hasta que mienten directamente demostrando mucha falta de moral.

Un ejemplo de lo señalado se puede encontrar en dos informaciones aparecidas en las primera páginas del periódico El Diario, los días martes 3 y miércoles 4 del presente mes de junio.

En efecto, el día martes 3 de junio, apareció una nota que tenía el siguiente titular: “Atropellos a la democracia dañan imagen de Bolivia en el mundo”.

Luego el texto de la nota, en sus primeros y destacados párrafos, indicaba que “Los constantes atropellos a la democracia y al Estado de derecho que propina el gobierno del Movimi9ento al Socialismo hacen ver a Bolivia como ejemplo de país fracaso...”

Sólo un poco más adelante, la nota aclara que ese concepto fue formulado por la señora Sandra Yánez, diputada de la agrupación Podemos.

Esta, que puede no parecer, es pues una clara manipulación porque dice las cosas a medias y porque, usando una afirmación ajena, busca influenciar políticamente en el lector.

Muchas personas leen el periódico quedándose solamente en los titulares., habitualmente por falta de tiempo.

Varios otros se detienen ante un puesto de periódicos y echan una rápida mirada a los indicados titulares, para luego seguir su camino.

Pocos son los que tienen plata para comprar periódico y más pocos todavía los que leen en la totalidad las notas que se presentan.

Entonces, aquellas personas que se quedan en los titulares, entenderán, en la nota señalada como ejemplo, que, efectivamente, la imagen de Bolivia se está viendo menoscabada en el mundo, y que la culpa de ese daño a la imagen de la Patria la tiene el gobierno del MAS, por sus constantes atropellos a la democracia y al Estado de derecho.

Entenderán también, las indicadas personas, como un mensaje secundario, que esos atentados constantes contra las libertades y la democracia, nos están mostrando como un país fracasado o como un país fracaso, como dice la nota.

En resumen, que esa situación no puede seguir, y que los ciudadanos tienen el deber de modificarla.

¿Y cómo la podrían modificar?

Pues, simplemente, exigiendo al gobierno que ya no atente contra la democracia o, en su defecto, trabajando para tumbarlo.

Ese mensaje recibirán, pues, los lectores apurados, y sólo los pocos que lean toda la información, sabrán que esa afirmación sobre el país, no viene precisamente del exterior, de los gobiernos o de los pueblos de otros lados del mundo, sino que es una simple opinión de una diputada de una agrupación política de derecha, que critica, por principio, todas las cosas que hace el gobierno, sin importar que sean buenas o malas.

Una simple opinión de una simple diputada, que seguramente no tiene mucho que ver con la realidad es, de pronto, utilizada por el periódico El Diario, en este caso, para predisponer al público en contra del gobierno del presidente Morales.

Con una clara intención política se le da, a dicha nota, una dimensión y una relevancia que, indudablemente, no tiene por ningún lado.

Si el periódico quería ser honesto, podía haber aclarado, antes de insertar su titular, que la afirmación sobre la imagen dañada de Bolivia en el exterior, correspondía a la diputada Yánez de Podemos, para que la gente supiera que se trataba de eso, de una opinión, y no anduviera creyendo que los gobiernos o la gente de otros países tienen esa mala opinión de Bolivia, cuando es al revés.

Ahora, al ser sólo una simple opinión, ¿por qué el periódico la puso en primera página como si fuera una noticia de gran importancia nacional?

Pues, porque tenía, como ya se dijo, la clara intención influenciar políticamente en le público lector.

En esta misma línea de ejemplos, en su edición del día miércoles 4 de junio, el mismo periódico El Diario, en su primera página, incluyó otra nota, cuyo titular señalaba “Detención de ciudadano es el inicio de “terrorismo de Estado”-

Un poco más arriba del titular, en letras algo menores se enfatiza la afirmación con un enunciado que decía “Al mejor estilo de las dictaduras”.

La nota, referida al incidente con la captura del ciudadano Sandoval, acusado de atentar contra dignatarios de Estado en Sucre tenía, como se observa claramente, el afán de sostener que en nuestro país desde el gobierno se han comenzado a aplicar medidas arbitrarias que no significan otra cosa que terrorismo de Estado.

Y, más grave todavía, se trata de comparar las medidas del gobierno actual con las medidas que aplicaban las dictaduras de pasadas décadas.

Lo mismo que en el caso anterior, sólo en el transcurso de la nota, se aclara que esa afirmación fue formulada por algunos parlamentarios opositores al gobierno.

En otras palabras, que la señalada afirmación no era nada más que una opinión que debía ser mostrada como una opinión que, igualmente, no tenía mayor relevancia, ni merecía estar en la primera página del periódico.

Así, pues, es cómo se manejan las cosas desde una mayoría de los medios privados de comunicación social de nuestro país.

Así es cómo se intenta crear una opinión pública contraria al gobierno y favorable a los sectores de oposición, en este caso, empresarios privados y latifundistas, que también son dueños de los señalados medios de comunicación, y favorable a opositores como los integrantes de la agrupación Podemos, también afines a esos grupos de poder.

Ahora, ¿qué podrá hacer el ciudadano común para defenderse de esta perniciosa y cada vez más abierta y descarada manipulación?

Pues, desarrollar su sentido crítico, su capacidad de análisis, y no creer directamente lo que dicen esos medios.

Pensar en quiénes son los dueños de los mismos, y entender que esos dueños, parte de las clases dominantes del país, siempre han de buscar, primero, defender sus propios intereses antes que los intereses de la Patria.

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