“El Sí arrolla con un 86 %”, decía el principal titular que apareció en el periódico La Razón de la ciudad de La Paz, el día lunes 5 de mayo, un día después de la consulta cruceña sobre su estatuto autonómico.
Ese mismo día el periódico La Prensa, también en primera página, con grandes titulares, señalaba: “Arrasa el Sí, y Evo llama a los prefectos al diálogo autonómico”.
Por su lado, el matutino El Diario, igualmente ese lunes 5 de mayo, se refería al asunto, diciendo: “El Sí triunfó con más del 84 % de votos en consulta autonómica”.
En resumen que tres de los principales periódicos de la ciudad de La Paz, coincidían en un triunfo contundente del Sí.
Dos de ellos, La Razón y La Prensa, utilizaban los términos “arrolla” y “arrasa”, para enfatizar el supuesto apoyo que el pueblo de Santa Cruz había brindado al señalado estatuto.
El Diario, más prudente, menos sensacionalista, mencionaba sólo el triunfo y publicaba la cifra de más de un 84 por ciento.
Ahora bien, considerando el número de personas que habían votado, podía pensarse que esos titulares se apegaban a la verdad de lo sucedido.
Pero, considerando el número de personas que estaban inscritas para votar, y que no habían votado, las cosas variaban de manera fundamental.
Porque ocurría que más de un 40 % de la población, había decidido no votar.
De más de 900 mil inscritos, según se conoció, sólo habían votado un poquito más de 500 mil, lo que significaba que alrededor de 400 mil habían tomado la determinación de abstenerse, aspecto que implicaba un rechazo automático a la consulta.
En otras palabras que de cada diez ciudadanos cruceños legalmente habilitados para votar, cinco votaron y cuatro no lo hicieron.
Ahora, de esos cinco que votaron, un 86 % dijeron Sí al estatuto y un 14 % dijeron No.
Si se suma la cifra de los que dijeron No con el porcentaje de los que se abstuvieron, resulta que el 50 % o un poco más de los cruceños, están en contra del estatuto.
Entonces, los titulares de los periódicos indicados, La Razón, La Prensa y El Diario, no reflejaban a cabalidad lo que había sucedido en Santa Cruz.
Porque enfatizaban y remarcaban el 86 % del Sí, de los que habían votado, por no decían nada de la abstención del 40 % de los inscritos.
Si los periódicos hubieran querido ser absolutamente veraces sobre lo acontecido el domingo 4 de mayo, a tiempo de publicar la cifra con la que ganaba el Sí, en el mismo titular, debían haber incorporado el porcentaje de la abstención.
Porque ese porcentaje de abstención era tan alto, casi la mitad de los inscritos, que constituía una especial noticia, un dato tremendamente importante.
Si la abstención hubiese bordeado cifras menores, por ejemplo un 10 o un 15 % como ocurría en otras elecciones, quien sabe el hecho no hubiera merecido mayores comentarios.
Pero el 40 % por ciento de abstención por supuesto que era una cifra significativa, que daba un indicio muy claro sobre la aceptación o rechazo que el estatuto estaba teniendo.
Una forma objetiva de manejar este informe hubiera sido, como se ve, poner ambos datos, el de la cantidad de votos que recibía el Sí, junto con el alto grado de abstención.
Pero no se lo hizo así, y entonces no se actuó con la veracidad que el pueblo exige de los medios de comunicación que le informan sobre los acontecimientos.
En el caso de El Diario, el titular, como se señaló, fue un poco más mesurado.
En cambio, los titulares de La Prensa y de La Razón, fueron absolutamente tendenciosos, porque hablaban de un triunfo “arrollador” o “arrasador”, lo cual no reflejaba para nada lo que había sucedido realmente en Santa Cruz.
Este ejemplo muestra claramente, la manera tendenciosa, manipuladora con que los medios de comunicación privados manejan las informaciones.
Destacan lo que sus dueños quieren que se destaque, y minimizan lo que sus dueños quieren que se minimice.
Y sus dueños, conviene repetirlo, están ligados a los grupos de poder del país, que defienden los intereses de esos grupos de poder, y que se hallan sumamente distanciados de los sectores populares.
En el caso de los periódicos, por lo mismo que las noticias quedan impresas, parece existir un poquito más de equilibrio.
Pero, en el caso de los canales privados de televisión, la manipulación, la distorsión y la mentira directa, son cosas absolutamente normales en el tratamiento de las noticias.
El día domingo 4 de mayo, las redes televisivas Unitel, PAT, Red Uno y otras más, parecieron ser parte del comité cívico cruceño, por la forma en que informaban, atentando así gravemente, contra el derecho del ciudadano, a una información correcta, ceñida a la verdad.
Estos hechos deben llevar, pues, a los bolivianos, a prevenirse contra estas manipulaciones, a veces sutiles y a veces descaradas y abiertas, y a desarrollar una conciencia crítica sobre lo que los medios de comunicación les presentan como información.
De otro lado, este tema de los medios privados de comunicación ligados a los intereses de latifundistas y grupos económicamente poderosos del país, debe comenzar a ser objeto, ya mismo, de un gran debate nacional, por parte de la ciudadanía.
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