La Alternativa Bolivariana para las Américas, luego de la VI Cumbre presidencial cumplida en pasados días, ha dado muestras de que está avanzando de manera muy vigorosa.
Y la demostración más contundente de ello ha sido la puesta en marcha del denominado Banco del Alba con un capital inicial de 1.000 millones de dólares.
Tradicionalmente, cuando necesitaron de inversiones para atender proyectos de desarrollo, los países latinoamericanos tuvieron que acudir a dos entidades bancarias internacionales: el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial, a los que se sumaban algunos organismos menores como la Corporación Andina de Fomento CAF.
Estos bancos internacionales apoyaron estos requerimientos financieros, pero casi siempre estuvieron atados a las directivas emanadas por los países capitalistas, concretamente Estados Unidos, y aplicadas por el Fondo Monetario Internacional.
En otras palabras, que aquellos países que aceptaban las directivas del Fondo Monetario Internacional eran sujetos de crédito, y los que o no aceptaban o no podían cumplir con dichos mandatos, simplemente eran postergados.
Si un país, por ejemplo, dejaba de aplicar las políticas de ajuste impuestas por el FMI, quedaba relegado en sus requerimientos financieros.
Si un país, como otro ejemplo, no podía cumplir con los pagos de su deuda externa, también quedaba al margen de ese apoyo económico.
Entonces, para acceder a los planes de apoyo al desarrollo establecidos por el Banco Mundial o por el Banco Interamericano de Desarrollo, había que estar muy bien con el imperio.
Las naciones así, se veían coartadas de ejecutar sus propias políticas en los campos económico o social,, porque antes de ello debían evaluar si lo que hacían iba a tono con los lineamientos del capitalismo internacional.
El Banc0 del Alba, entonces, ha venido a constituirse en una alternativa a esa política financiera que, en lugar de apoyar un real desarrollo de los países latinoamericanos, más bien los postergaba, privilegiando primero los intereses del norte.
A los fondos del Alba podrán acceder, en condiciones ventajosas, los países que han empezado a caminar por una vía de soberanía.
Es verdad que mil millones de dólares no constituyen un capital demasiado grande para atender todos los requerimientos que puedan llegar, pero también es evidente que ese capital inicial tiene la perspectiva de ir creciendo de manera progresiva, hasta constituir un fondo adecuado para sus fines.
Lo importante es que los créditos que se otorgarán a través de ese Banco, no estarán atados a ningún condicionamiento de los centros capitalistas de poder.
El Banco del Alba, entonces, viene a ser un instrumento que apoyará los planes de liberación económica de los países latinoamericanos, liberación que debe marchar de forma paralela a la liberación política que encaren los pueblos de la región.
Porque nuestras naciones latinoamericanas, sin han tenido un dogal de hierro alrededor del cuello, ha sido el de las políticas económicas que provenían del norte y a las que tenían que someterse sin ningún remedio.
O se cumplía con el Fondo Monetario Internacional, o el país quedaba económicamente bloqueado, sin créditos de ninguna clase, sin derecho alguno al reclamo.
Con una fuente crediticia alternativa, como es el Banco del Alba, ese dogal prácticamente ya no existirá, y nuestros países tendrán un marco de acción más grande, para encarar sus propias vías de desarrollo, acordes con sus particulares realidades sociales y económicas.
Ahora, es indudable que la creación del Banco del Alba debe estar constituyéndose en un motivo de grave preocupación para los Estados Unidos, país acostumbrado a marcar las políticas económicas mundiales.
Con el Banco del Alba se le va de las manos uno de los hilos con los que digitaba esas políticas.
Es probable que, en esa medida, comience a ejecutar alguna forma de boicot al funcionamiento de dicho banco, pero lo evidente es también que en el mundo se viven ya otros tiempos.
Tiempos donde han surgido otros bloques económicos mundiales, como pueden ser la China, el Japón, la Unión Europea, los países árabes, que le han salido a competir al imperio.
El mundo unipolar al que aspiraban los Estados Unidos parece más bien avanzar hacia un mundo más pluralizado, donde ya no haya hegemonía de una sola potencia, sino donde la norma sea el equilibrio de varios poderes.
Máxime si, como ocurre actualmente, la economía norteamericana está entrando en una crisis que se parece ya demasiado a una recesión.
Nació, pues, el Banco del Alba, con la voluntad de países como Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua, y ese es un nacimiento que debe ser saludado con mucho entusiasmo, porque constituye un avance más de nuestros pueblos latinoamericanos, en sus luchas de liberación.
miércoles, 13 de febrero de 2008
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