lunes, 19 de mayo de 2008

El estatuto que no podrá implementarse

Pasó la consulta cruceña sobre el estatuto autonómico, y ahora viene el enfrentamiento.

Porque esa consulta fue declarada ilegal desde un comienzo, porque sus resultados son absolutamente cuestionados dada la infinita cantidad de irregularidades que se presentaron y, sobre todo, porque el mencionado estatuto no está contemplado en la actual Constitución Política del Estado y choca de frente contra el proyecto de nueva Constitución.

No ha de haber, según se advierte, manera alguna de que el señalado estatuto se ponga en vigencia y se concrete en la realidad, y eso va a constituir una grave frustración para los cruceños que votaron por el Sí.

Pero, entonces, si el estatuto no ha de poder ponerse en vigencia dentro del actual, ni del próximo, marco jurídico de la Nación, ¿qué camino les quedará a sus propugnadores para asegurarse de que funcione, y no defraudar así a sus seguidores?

Simplemente optar por el camino del separatismo y de la independencia.

Ese es el callejón sin salida que ellos mismos se fabricaron, al actuar con la intolerancia con que lo hicieron.

Pero, ¿será tan sencillo separarse del país o dividir al país?

¿Pensarán que basta con decir “somos independientes” para que la tal independencia se concrete?

¿Es que andarán pensando, los dirigentes cívicos y de la prefectura cruceña, que son una mayoría tan grande como para salir adelante tranquilamente con su propósito?

En la consulta del domingo 4 de mayo, se demostró que, dentro del departamento de Santa Cruz existe una gran división, particularmente entre las provincias y la ciudad capital.

Las provincias, a juzgar por su dramática resistencia, no están con las logias ni con las oligarquías cruceñas.

Entonces esas provincias se opondrán rotundamente a los planes de división y, por el contrario, trabajarán por su propia autonomía regional o indígena, pero dentro del marco establecido por la ley.

¿Cómo pensarán actuar, los oligarcas cruceños, para someter esa resistencia?

¿Utilizar a sus matones de la Unión Juvenil Cruceñista?

De otro lado, según se observó el mismo domingo 4 de mayo, de manera espontánea, sin que nadie los obligue, ni los presione, ni les pague nada, cientos de miles de ciudadanos, campesinos, trabajadores, obreros, gente de clase media, se movilizaron en gigantescas marchas y concentraciones, rechazando, justamente, los planes separatistas.

Varios de los oradores, en estos actos públicos cumplidos en Cochabamba, El Alto, La Paz, Oruro, Potosí y otros distritos, no sólo condenaron las ideas de división del país, sino que convocaron a marchar sobre Santa Cruz para cancelar esos propósitos.

¿Qué pensarán hacer, los cívicos y gente de la prefectura de Santa Cruz, para enfrentar esa inmensa oleada humana que se halla ya en movimiento para frenar sus intenciones divisionistas?

¿Cómo planearán hacer para detener esa presión que, si las cosas llegan a un extremo, puede convertirse en verdaderas marchas sobre el oriente?

De la misma manera, el Consejo Superior de Defensa de la Nación, COSDENA, emitió un pronunciamiento rechazando la consulta cruceña, por ser ilegal y anti constitucional, y reiterando que las Fuerzas Armadas velarán por la integridad del territorio nacional e impedirán cualquier intento de dividir la Nación.

Pero, entonces, ¿cómo pensarán, los cívicos y sectores oligárquicos de Santa Cruz, que van a oponerse a esa posible actuación de las Fuerzas Armadas?

¿A lo mejor están pensando en crear sus propias fuerzas armadas o en pedir el auxilio de los Estados Un idos?

Las oligarquías de Santa Cruz han podido avanzar con sus planes, hasta concretar la consulta del 4 de mayo y hasta proclamar su triunfo ”chuto”, mentiroso, y tramposo, con ayuda de sus medios de comunicación social.

Pero lo que parece evidente, es que ahora no podrán dar ni un paso más en la aplicación o en la puesta en práctica de los artículos del mencionado estatuto.

A no ser, como se dijo, que se declaren un país independiente que ya no responda para nada a la nación boliviana ni a sus leyes.

Y eso no será posible porque los bolivianos no lo permitirán.

Por lo tanto, a los cruceños que festejaban alegremente la noche del domingo 4 de mayo, en la plaza de Santa Cruz, lo que ahora les queda por esperar, son momentos de frustración, porque su bailado estatuto no funcionará.

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