lunes, 3 de marzo de 2008

El colmo de todos los colmos del mundo

¿Cuál es el colmo del boxeador?, preguntaba un amigo aficionado a las bromas
Atarse los guatos de los zapatos con guantes de box.

¿Y cuál es el colmo del zapatero?, volvía a preguntar con una risa contenida.
Tener una mujerzuela y un hijo clavo.

Y yendo en esta misma línea, ese mismo amigo preguntaba: ¿y cuál es el colmo de todos los colmos del mundo?

No sé, ¿cuál es?, le pregunté.

Que el presidente del comité cívico de Santa Cruz, pretenda crear su propia Asamblea de Derechos Humanos.

La ocurrencia fue, evidentemente, tan graciosa, y tan ceñida a la verdad, que mereció una gran carcajada mía, y las de varias personas que me acompañaban.

Porque, evidentemente, el como de todos los colmos del mundo, es que aquella gente especializada en violar los derechos humanos, de pronto decida organizar y hacer funcionar su propia y particular asamblea de defensa de los derechos humanos.

El comité cívico de Santa Cruz mantiene, paga, sostiene, ampara, azuza e impulsa el funcionamiento de la llamada Unión Juvenil Cruceñista, y esa Unión Juvenil Cruceñista, junto con otra gente del señalado comité, en pasados meses molió a golpes a un ciudadano que pasaba por la plaza principal de Santa Cruz, sólo porque tenía un rostro moreno de rasgos indígenas, semejante a los de los collas.

En otra ocasión, la misma Unión Juvenil Cruceñista, arremetió, garrotes y cadenas en mano, contra pobladores de barrios populares de Santa Cruz, que se negaban a acatar un paro decretado por el comité cívico.

De la misma manera, cuando los asambleístas buscaban recoger las demandas de la población para incorporarlas en el nuevo texto constitucional, impidieron las reuniones, en recintos de la Universidad Gabriel René Moreno, agrediendo a los representantes de las organizaciones sociales.

En otra oportunidad, esos mismos jóvenes, y otros no tan jóvenes, unionistas, persiguieron y hostigaron a intelectuales que apoyaban el proceso de cambio en Bolivia, y amenazaron a periodistas que no se sometían a sus mandatos.

Luego, allí en Sucre, gente del comité cívico cruceño, y por supuesto los mismos jóvenes de la Unión Juvenil Cruceñista, bloquearon el funcionamiento de la Asamblea Constituyente, y desarrollaron acciones violentas gritando insultos y consignas racistas contra los indígenas.

Por su lado, los teóricos de la nación camba apuntan a organizar un Estado independiente, que sea manejado y tenga como a su núcleo central, a una población blanca, de ascendencia europea, entre los que destaquen por supuesto los croatas.

Entre los símbolos que manejan esos grupos, y que se han visto pintados en vehículos con los que la Unión Juvenil Cruceñista comete sus fechorías, está la svástica hitleriana, que representa un pensamiento profundamente discriminador.

Todas esas acciones y posturas impulsadas por el comité cívico y por la prefectura cruceñas, como puede verse, constituyen claras, flagrantes violaciones a los derechos de las personas.

Y así, con esos antecedentes, ¡pretenden crear su propia asamblea de derechos humanos!
¿No es como para morir de risa...o morir de bronca?

Atentan contra la libertad de información, persiguiendo y acallando a periodistas, ¡y quieren crear su propia asamblea de derechos humanos!

Atentan contra la libertad de expresión y pensamiento, amenazando y hostigando a analistas que apoyan el proceso de cambio, ¡y quieren hacer funcionar su propia asamblea de derechos humanos!.

Insultan con expresiones racistas y atacan a asambleístas de los sectores indígenas, vulnerando el derecho de las personas a no sufrir discriminación por su raza o color de piel, ¡y quieren hacer tener su asamblea de derechos humanos!

Intentan obligar a los ciudadanos a seguir sus consignas políticas, atentando contra la libertad de elección, y ¡pretenden crear su propia asamblea de derechos humanos!

¿No es todo esto una verdadera aberración?

Con esos antecedentes, ¿qué clase de asamblea de derechos humanos querrán constituir?
¿A lo mejor una donde a los sectores dominantes de Santa Cruz se les otorgue el derecho a hacer lo que les da la gana, y a pisotear impunemente a los humildes?

¿Y por qué es que la gente del comité cívico cruceño quiere su propia asamblea de derechos humanos, hecha a su gusto y medida?

Simplemente porque la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia, le envió una carta a Branco Marinkovic, presidente del comité cívico cruceño donde, justamente, le demuestra que él, y toda su gente, son los que vulneran los derechos humanos, fomentando el funcionamiento de grupos irregulares, e impulsando posturas discriminadoras y racistas.
Pero entonces ya conocemos el último chiste que anda por ahí circulando, y que fue inventado por mi amigo bromista.

¿Cuál es el colmo de todos los colmos del mundo?

Que la gente del comité cívico de Santa Cruz, tradicionalmente violadora de los derechos humanos, pretenda crear su propia oficina de defensa de los derechos humanos.

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